Qué son los TCA
Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) constituyen un grupo de trastornos mentales caracterizados por la conducta alterada ante la ingesta alimentaria para controlar y/o conseguir un peso anormalmente bajo, así como los pensamientos erróneos en relación a la dieta, el peso o la figura. Estos pensamientos y conductas tienen como consecuencia graves problemas físicos, psíquicos y del funcionamiento social del individuo.
Los TCA, aunque se expresan en una relación tormentosa con el cuerpo y la comida, son siempre trastornos emocionales y obedecen a un intento de solución disfuncional ante ciertas crisis o conflictos existenciales comunes, principalmente en la adolescencia. Los TCA son enfermedades cuyo inicio más frecuente se gesta en la pre y adolescencia. Es una enfermedad que afecta especialmente a las mujeres, 10 mujeres frente a 1 hombre, y esta ratio no ha aumentado en los últimos tiempos, es más, después del confinamiento, el aumento de casos ha sido a costa de mujeres, no de hombres, y de edades comprendidas entre los 11 y los 14 años..
Por qué aparece un TCA
El por qué se desarrolla un TCA es una respuesta compleja como complejos son estos trastornos en la forma de manifestarse y de tratarse. Sabemos que en su etiología o causa intervienen muchos factores que dividimos en factores de vulnerabilidad o predisposición, factores precipitantes y factores de mantenimiento.
Así pues, no podemos pensar que esto(a)s personas enferman sólo por la presión de la sociedad o por un problema familiar, en el desencadenamiento del TCA se entrelazan diferentes aspectos a tener en cuenta.
Todos estos factores se deberán tener en cuenta en un tratamiento adecuado para entender bien la enfermedad en cada persona particular que la padece y poder hacer una intervención personalizada.
Entendemos por factores de vulnerabilidad o predisposición aquellos aspectos personales, familiares, biológicos y sociales que hacen a la persona más frágil para desarrollar esta enfermedad.
Entre los factores personales más determinantes está el perfeccionismo, baja autoestima, la dificultad en las relaciones sociales y los sesgos cognitivos, sesgos que van a contribuir, entre otros aspectos, en la construcción de su imagen corporal.
Entre los factores familiares, destacan una posible historia de TCA en la madre u otro miembro de la familia, conflictividad familiar, abuso de dietas en la familia, problemas psiquiátricos,…
Y entre los sociales, la presión por una estética de delgadez, la internalización de la delgadez, el bombardeo de los medios de comunicación con ciertos mensajes vinculados al cuerpo, dietas, …
Y por último, hay también aspectos genéticos que pueden hacer a la persona más frágil a padecer estos trastornos.
Otros factores que son los precipitantes, y se refieren a aquellos aspectos que desencadenan la enfermedad, que la disparan. Entre otros muchos podemos pensar en un evento estresante (separación familiar, enfermedad, muerte, viaje de estudios, pérdida de peso….). De todo ello, lo más importante es la pérdida de peso, por cualquier circunstancia, siempre un trastorno se inicia por una pérdida de peso.
Y por último, los factores que contribuyen en el mantenimiento de la propia enfermedad y de la respuesta del entorno social. Y aquí cabe destacar el refuerzo y las alabanzas ante la pérdida de peso, y la resolución, aunque disfuncional de conflictos personales que permiten a quien padece la enfermedad distanciarse de su resolución.
Tipos de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria tienen diferentes formas de expresión, las más conocidas son la Anorexia Nerviosa, la Bulimia Nerviosa y el Trastorno por Atracón, aunque frecuentemente no se muestran en estado puro, es decir, que los pacientes pueden compartir síntomas de uno u otro trastorno y, es más, a lo largo de su vida pueden moverse de un diagnóstico a otro. Así pues, una mejora de peso a costa de iniciar atracones alimentarios, no supone ni una recuperación de la enfermedad ni una mejoría, sencillamente esa persona tiene otra forma de expresar este malestar.
Así, los TCA se mueven en un continum desde la manifestación de AN hasta la de BN. O sea, desde el máximo control a la pérdida del mismo en la alimentación, conductas y expresión emocional. Pero hay un mismo núcleo en todos, es un trastorno emocional que gira en torno a una preocupación excesiva por el peso, la figura y la necesidad de control.
El polo de la Anorexia Nerviosa se caracteriza por visible pérdida de peso y es esta pérdida de peso la que define la Anorexia. Para llegar a ello la persona reduce su ingesta, es más selectivo con los tipos de alimentos y la forma de cocinar, y en casos extremos llegar a hacer largos períodos de ayuno. Además, puede utilizar el vómito, laxantes y/o ejercicio físico.
La Bulimia Nerviosa se define por la presencia del atracón, comer gran cantidad de alimento en poco tiempo y con sensación de descontrol. En la bulimia nerviosa, la persona siempre utiliza estrategias compensatorias para reducir sus sentimientos de culpa y malestar físico. Estas conductas pueden ser de purga, vómitos, ejercicio y/o ayuno, entre otras.
Hablamos de Trastorno por Atracón cuando no hay una conducta compensatoria (vómito, ejercicio, laxantes, ayuno,…) para aliviar la sobreingesta alimentaria o atracón, aunque, al igual que en la Bulimia Nerviosa, se mantiene el sentimiento de culpa y el deseo de bajar de peso. Se sabe que el 60% de pacientes con problemas de peso padecen Trastorno por Atracón.
Otro trastorno que vemos también en el ámbito clínico es el Trastorno de Evitación-Restricción de la Ingesta (TERIA). Se da frecuentemente en niños, y el objetivo no es perder peso, sino la evitación de ciertos alimentos por sus características (color, textura, …), falta de interés, o preocupación sobre las consecuencias de comer (miedo a ahogarse al tragar, a vomitar, a sentir dolor,…). El problema es tal, que no se cubren las necesidades nutricionales y/o energéticas.
Existen también otros trastornos alimentarios que comparten síntomas de BN y AN, o que no llegan a cumplir los criterios de estas categorías, todos ellos se engloban en una categoría que se llama Trastorno de Conducta Alimentaria No Especificado (TCANE)
Los TCA no cabalgan solos
Un porcentaje importante de pacientes con problemas de conducta alimentaria pueden padecer algún otro trastorno psiquiátrico, no significa que uno cause el otro, es sencillamente una aparición conjunta de dos o más trastornos que evidentemente pueden empeorar la recuperación y hay que tener en cuenta para orientar el mejor tratamiento.
Los trastornos que más frecuentemente se asocian a TCA son:
- Depresión
- Ansiedad
- Trastorno obsesivo-compulsivo
- Trastorno del Espectro Autista (TEA)
- Trastorno de Personalidad
- TDAH
Qué hay detrás de un TCA, qué lo mantiene
Algunos de los principales conflictos que los pacientes que padecen TCA intentan “solucionar” con el desarrollo de esta enfermedad son, entre otros:
- EL TCA como intento de solución para superar de forma disfuncional la crisis de construcción de la identidad, propia de la adolescencia. La adolescencia es una etapa decisiva en la construcción de la identidad personal, y de las relaciones, tanto con los pares como con los adultos y con el medio externo en general. En el adolescente la vida interpersonal aumenta en complejidad, y más en el siglo XXI, en el que las relaciones de nuestros jóvenes son infinitas, están hiperconectados, cada vez más expuestos a las opiniones, valoraciones y estilos de vida de los demás, no importa que sea famoso o no, cercano o lejano a ntros..
El estilo en la construcción de la identidad en personas vulnerables a padecer un TCA está aún más fundamentado en sentirse querido y gustar, en la infancia por los padres y en adolescencia por el grupo de iguales, multiplicándose y diversificándose con ello esos puntos de referencia
El aislamiento al que conduce esta enfermedad sería un intento de acotar esa exposición, «soy incapaz de ser perfecta y gustar a todo el mundo», una reducción de la interacción y por tanto de las posibilidades de comparación social, evitará ese dolor.
Y, por otro lado, el cuerpo delgado, símbolo de triunfo en nuestra sociedad, se escoge como camino más fácil para conseguir la aceptación. Siendo delgado gustaré a los demás, independientemente de lo que haga o consiga
- El TCA como expresión del fracaso en la aceptación de los propios límites personales. El perfeccionismo, junto con su implícito miedo al fracaso están detrás de esta función. La constatación del TCA permite a un mismo comunicar y hacer sentir a los demás: “no puedo”.
- El TCA como reivindicación de la identidad personal: El adolescente utiliza la comida para interponer límites entre uno mismo y la familia.
- El TCA como un trastorno de la emancipación, paraliza el proceso evolutivo del individuo y de la familia
- El TCA como intento de autorregulación emocional: El ciclo atracón-vómito emerge, entre otras conductas, como uno un mecanismo de regulación emocional, ante: Inestabilidad emocional, problemas en el control de impulsos, la sensación de vacío, vinculada con la ausencia de una identidad estructurada y estable en el tiempo, la soledad, el aburrimiento o la falta de nutrición relacional.
- La negación de la corporalidad: El TCA puede tener la función de atenuar la experiencia de la corporalidad, en pacientes con historia de abusos sexuales la emaciación “anula” los caracteres sexuales femeninos percibidos como potencial objeto de deseo.